Bailabas la Danza del Fuego
girando sola, vibrante
bajo el pulso ardiente,
mezcla de pasión y paroxismo
de carne enamorada.
Entre remolinos de luz,
la danza ritual
macabra:
besos de aire incandescente
sobre el cuerpo,
sobre la cara.
Todo el fuego quemando
el tiempo que bailabas
con la sombra de ti misma.
Una sombra desbocada,
escapando en círculos
concéntricos.
Una sombra asustada
del querer,
rabiosa.
Y al final siempre ese ritmo,
pulso solo. Y la figura
de tu figura, loca,
coloreada en llamas. Fotografía: Santiago Galán Álvarez - Concierto Arcade Fire, Madrid 2010
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