Complemento circunstancial

Vistes la circunstancia como un complemento,
piedra preciosa que hace y se hace a la vez
al metal que la contiene.
Hay pájaros que cruzan
justo en el instante de la fotografía,
aviones casuales al atardecer.
Tantas horas no pueden coincidir
en el mismo punto del reloj y
sin embargo pueden fusionarse galaxias.
Materiales inestables
de incierta unión, huyendo del ojo
que roba los besos.

Cuatro campanas

La visión del campanario blanco
acalla los rumores de esta locura,
los transforma
como mezcla de elementos químicos.
Arden pupilas que esperan una señal.
Sólo el tañer de las campanas
delata tu posición en el mapa,
coordenadas de sonidos invisibles.
De aquí a allí. Velocidad constante.

Puntos en un mapa

Sentir la vida como puntos
conectados
dentro del mapa de situaciones.
Esta calle transitada cada mañana
es en verdad una superposición de capas,
espacios en profundidad.
La dirección de estos pasos
avanza y retrocede un tiempo que
no es un eje, sino una malla
entrecruzada de nosotros-vosotros-ellos,
una suerte infinito encontrarse.
Te recuerdo en esa esquina
en la que yo también esperé,
desde la que vi el atardecer
filtrado entre las hojas de los árboles,
un lugar de instantes comunes.


*un poema sin borrador

Los vestidos inolvidables

Era de noche
y las telas buscaban los brillos de la Luna
en sus colores opacos, banderas adheridas
celebrando esculturas humanamente blandas.
Se ondulaba la falda vertida sobre los muslos.
Un suave balanceo de rodillas y piernas que
eran cabeza y plica de las notas musicales sonando
a LP antiguo dentro de tu cabeza.
Esos vestidos inolvidables,
membranas de piel superpuesta,
dejada atravesar por el aire.

Todo el tacto contenido en los hilos.
Todos los acontecimientos
-arrugas y surcos-
conformando la materia
que intenta contener este cuerpo.

Me voy para venir

Me voy para venir
para encontrar las horas circulares
del reloj de la pared,
la señal de dirección obligatoria
caminos coincidentes en el espacio-tiempo
la misma arena para estas pisadas
Me voy
para venir en búsqueda de lo que
-como el Universo-
tiene una escala mayor que la humana,
tamaño inabarcable proyectado en la pupila.

Ojos que encuentran.
Cuerpo abandonado hacia el origen.

Billie Joe


El ojo triste y deslumbrado
despierta a la luz de la música
Eléctrica cercanía de los otros.
Una vibración de más
no importa
en la mirada vidriosa y embotellada.
Respira sin sentir el vapor claro
de los focos. Fuera todo lo demás.

    El ojo cansado de
    mirar sin mirar
    se rinde a la evidencia de lo alucinógeno.


Domingo a las nueve


Me gustan las mañanas de domingo
cuando despierto al dulce
tic tac
de reloj de la mesilla:

tiempo por delante


Me gusta ver su sueño
respirando el vacío que acabo de dejar
a su lado.
Abraza el aire entre las sábanas.


Me gustan las mañanas de domingo
cuando coloco meticulosamente la habitación.
Cada cosa, su lugar.
Mi lugar es esa forma ausente sobre el colchón.
Al fin y al cabo, la condición humana no es
más que eso:

dejar vacío