Paseo de Navidad



El lugar de los músicos está en la calle,
entre dos arquitecturas
capitalistas,
cimientos de oro
Y afuera el frío centígrado


Tocaban un aria de Bach:
notas amoratadas, gélidas,
colgando de los pentagramas
como carámbanos
Era hielo hecho música
a punto de derretirse
de tristeza
Sonaba grito ahogado
la armonía, perdida
entre automóviles
y villancicos
ñoños en los grandes almacenes.

 Fotografía: Santiago Galán Álvarez

Escena



Érase una cama
mirando al techo
Érase Ella
perdida inocencia, blanco sucio
de techo
grietas como estrellas
fugaces
sobre sus cabezas


Nada



Nada. Algunos sonidos de máquinas
entre respiraciones rítmicas
Se aleja el ruido vacío plástico
de teclas
la megafonía aduladora
con voz de mujer
bolígrafos punzantes tatuando folios.
Nada. Intermitencia al salir y entrar
a lo largo de la línea azul
imaginaria ruta de lagos,
la tierra húmeda, entrelazados dedos
como palmeras contra el horizonte
y una tranquila memoria sobre el agua,
estirada fatiga del músculo.

Nada. Progresivo avance y vuelta.