He
llegado al salón de los pasos perdidos. Parece que todas las ideas llevaran
necesariamente al mismo sitio, el lugar sin lugar donde todo se despoja de su
rostro. Se trata de un cuarto impreciso, una suerte de laberinto, pero del que
se está infinitamente saliendo. He llegado a ciegas. Sólo sabré si estoy fuera
cuando las sensaciones vuelvan a ser palpables.
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