Descolgué las fotos del corcho
quitando las chinchetas del borde
con la suavidad de una lágrima
y el arrebato equivocado del amor.
He guardado todo vestigio de una felicidad
(yo la llamo así)
que es sólo mía y
nadie se alegrará con ella.
Nadie. Yo.
En cierta forma siento conexión con, http://www.marcalterego.com/2010/08/amor-eterno.html
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